La caricia continua de una noche sin luna. El suave y melódico sonido de las gotas de lluvia que mojan los cristales de mi habitación, intercalado con el repentino destello de algún rayo, que atravesando el firmamento me permite ver la inmensidad de la oscuridad. Esa gélida corriente de aire fresco que brinda paz y que nos envuelve en una simpleza: el gusto de lo inusual. Algo tan bello y tan poco casual como esta noche sin estrellas, nos permite volver a conectar nuestras memorias y nuestras penas, nuestras esperanzas y nuestros sueños de antaño con el presente.
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2 comentarios:
¿Podrías escribir poemas o prosa dedicada a algo o a alguien a quien normalmente no lo harías?
Sí, claro que podría.
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